1º de Mayo: día del trabajador.


El 1º de Mayo celebraremos el Día del Trabajador y ¿Qué mejor homenaje que un poco que historia?

Finalizaba un período en el cual, desde el Congreso de Tucumán de 1816, nuestro país luchó por conseguir su Constitución. Buenos Aires estaba separada del resto del país, cuyo Presidente era Justo José de Urquiza.

La reunión inicial fue el 31 de mayo de 1852 en San Nicolás de los Arroyos, donde se logró el llamado “Acuerdo de San Nicolás”. Y el 1º de mayo de 1853 los diputados de las provincias (excepto los de Buenos Aires), reunidos en Santa Fe, sancionaron la Constitución Nacional.

El Congreso General Constituyente inició sus sesiones el 15 de noviembre de 1852 en la ciudad de Santa Fe  quedando definitivamente instalado el 20 de aquel mes.
El 24 de diciembre de 1852 se designó la comisión encargada de redactar el proyecto, la cual estaba integrada por dos liberales: Benjamín Gorostiaga y Juan María Gutiérrez, y tres conservadores: Pedro Díaz Colodrero, Manuel Leiva y Pedro Ferré. La tarea de redactar el proyecto se le delegó a Gorostiaga, y Gutiérrez tendría a su cargo la revisión de la terminología y controlar la construcción gramatical.

El 18 de abril de 1853, el proyecto entró en la Convención Constituyente y a los dos días se comenzó a debatir. Aprobado en general, se empezó a debatir en particular, es decir, artículo por artículo, entre el 20 y 30 de abril de ese mismo año.

Aquel 1º de mayo de 1853 luego de muchas peleas, constituciones provinciales y representantes que trataron de evitarla, pudimos tener nuestra 1º constitución y los principios de este gran pilar que es La República Argentina. La constitución promulgada estableció un gobierno representativo, republicano y federal. El federalismo que adoptó fue moderado ya que reconoció la autonomía de las provincias pero también organizó un poder central. El poder legislativo se determinó como bicameral, el poder ejecutivo, como unipersonal, elegido por un colegio electoral y sin posibilidad de reelección y, el poder judicial, como independiente. El catolicismo se reconoció como religión oficial pero se garantizó la libertad de culto. Las constituciones provinciales debieron tener aprobación del gobierno nacional y, los gobiernos provinciales, pudieron ser juzgados por el Congreso Nacional. El gobierno nacional tuvo poder para suspender las garantías constitucionales por medio del estado de sitio e intervenir las provincias. Se declaró la ciudad de Buenos Aires como sede de las autoridades nacionales. Se aseguró el ejercicio de las libertades individuales y se llamó a habitar nuestro suelo a todos los hombres de distintas nacionalidades, concediéndoles derechos civiles.

Las principales fuentes de ella fueron:
Constitución de Filadelfia, Estados Unidos (1787).
El Federalista; de Hamilton, Madison y Jay.
Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, de J.Bautista Alberdi. Plantea la disyuntiva entre una Constitución unitaria o federal. Señala además que los constituyentes deben tener en cuenta los antecedentes históricos de ambos pensamientos y producir una Constitución que contemple un sistema mixto de unidad y federación. También fue importante el proyecto constitucional del mismo autor.
Dogma Socialista, de Esteban Echeverría. Señala la necesidad de volver al proyecto de unidad e indivisibilidad de mayo pero con una organización social adecuada.
Pactos preexistentes: estatutos, constituciones, ensayos constitucionales, pactos interprovinciales y reglamentos de nuestro país.
Acuerdo de San Nicolás. Posteriormente tuvo una seria de reformaciones: • En 1860 para permitir la incorporación de Buenos Aires a la unidad Nacional. • En 1866 para nacionalizar las aduanas en forma definitiva. En 1898 para llevar a 8 el numero de ministros del Poder Ejecutivo Nacional (exigencia suprimida en 1994), y para permitir que, después de cada censo, el Congreso ajustara la representación del pueblo en la Cámara de diputados.
En 1949 para instalar una virtual nueva Constitución de carácter social pero con avisos autoritarios: se establecía el control ideológico de los partidos políticos. La reforma de 1949 fue dejada sin efecto por la Convención de 1957, en razón de no haberse cumplido con la exigencia constitucional de que la necesidad de reforma sea declarada por el voto de los dos tercios de la totalidad de los miembros del Congreso. La Constitución Argentina volvió a ser reformada en 1957 -sin intervención del Congreso, durante un gobierno de facto y hallándose proscrito el Peronismo para incorporar los derechos sociales del trabajador a través del articulo 14 bis.
En 1994 para permitir la reelección del Presidente, pero, al mismo tiempo, para fortalecer el federalismo e incrementar la participación de la sociedad en la defensa de sus derechos.

Tras lo dicho anteriormente, me pregunto: ¿Le damos la valoración suficiente a tal echo? No, creo que deberíamos, en momentos como estos, reflexionar sobre lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos, es decir, pensar que después de tantos años en los cuales el país sufrió atrocidades como golpes de Estado, Dictaduras, etc. ¿Que nos quedó? Nos quedó la constitución, una parte fundamental de la historia de este país, fue aquello que en momentos turbios le permitió a hombre salir adelante ya que después de todo los gobiernos van y vienen pero La Constitución siempre estará.